El innovador curso de ICEERS para ‘polinizar’ las mejores prácticas en sesiones de ayahuasca

El próximo mes de mayo, ICEERS comienza la tercera edición el curso ‘Aumentando la seguridad en sesiones de ayahuasca’, en español e inglés, una formación pionera para que los guías y facilitadores de trabajos con ayahuasca en entornos no nativos conozcan las mejores prácticas en torno a la ayahuasca para reducir los riesgos y aumentar los beneficios durante las sesiones.

El curso tiene una duración de seis meses y su formato es mixto: una hora semanal de vídeo y diálogo en vivo cada dos semanas para charlar y plantear preguntas a los instructores, a saber, David Londoño, José Carlos Bouso, Constanza Sánchez Avilés, Marc Aixalà y Jerónimo Mazarrasa, todos ellos miembros de la ONG con sede en Barcelona y de su Centro de Apoyo, que lleva varios años atendiendo «cientos de casos» de personas que han sufrido algún tipo de percance durante o tras la ingestión de la ayahuasca.

El ‘know-how’ acumulado a lo largo de estos años, así como los talleres realizados con numerosos facilitadores de ayahuasca a lo largo del tiempo han servido para cimentar el contenido del curso: «Tras organizar múltiples talleres con cientos de guías y facilitadores de trabajos con ayahuasca en España, y la conclusion a la que hemos llegado desde ICEERS es que, si bien existe un corpus de conocimiento riquísimo sobre las mejores prácticas en torno a la ayahuasca para reducir los riesgos y aumentar los beneficios, este conocimiento estaba prácticamente encapsulado dentro de grupos muy asilados, no está homogéneamente repartido entre los distintos profesionales», según explica Jerónimo Mazarrasa, uno de sus impulsores, en conversación con Plantaforma.

En este sentido, «lo que tratamos de hacer desde ICEERS con esta formación es actuar como polinizadores de estas buenas prácticas: recopilar las mejores prácticas y compartirlas con la comunidad ayahuasquera desde una perspectiva de reducción de riesgos».

La explicación de esta ‘encapsulación de las mejores prácticas’ es, según Mazarrasa, que «muchas veces la gente trabaja en una suerte de clandestinidad y no hay un diálogo abierto, no hay espacios que compartan, sobre todo la gente con mucha experiencia, que cuanto más sabiduría tienen, menos espacios comunes comparten. La idea era abrir esto y crear un espacio común donde se pudiera hablar de estas cosas».

El cómo y el por qué

¿Por qué es necesaria esta formación? «En realidad, los accidentes que se producen durante y después de ceremonias de ayahuasca son, afortunadamente, muy escasos, -responde Mazarrasa-. Lo que pasa es que cuando suceden, pueden llegar a ser muy graves. Es la misma razón por la que nos ponemos el cinturón de seguridad al subirnos al coche. Puede que en una vida tengamos uno o dos accidentes de circulación, pero los daños que vamos a sufrir si no llevamos el cinturón son tan dramáticos que merece la pena llevarlo puesto».

El propio Jerónimo es uno de los instructores del curso, que podrá seguirse también de manera anónima, para aquellos facilitadores que quieran preservar su identidad de cara al resto de la comunidad. En el caso de Mazarrasa, explicará temas como «los cinco principales peligros para los participantes, las seis trampas para la gente que guía sesiones y los siete recursos que acompañan el proceso desde el principio hasta el final. Brotes psicóticos, interpretaciones peligrosas (‘la ayahuasca me dijo’), problemas dentro de la sesión… hasta qué hay que hacer en el caso de tener que llamar a urgencias y cómo actuar en ese tipo de situaciones», según explica en un vídeo grabado por ICEERS para promover la formación.

«Yo no necesito hacer el curso»

El equipo docente de ICEERS se plantea cuáles son las objeciones más habituales para no hacer el curso:

1. “Ya lo sé todo sobre seguridad y no voy a aprender nada” y

2. “No he tenido un accidente en la vida”.

Así que ya tienen una respuesta a ambos argumentos: «Hay mucha gente que sabe muchísimo. De lo que estamos seguros es que la persona que más sabe no sabe tanto como todo el grupo que hemos conocido nosotros: todos los ayahuasqueros, los médicos, psicólogos, psiquiatras. Esto no es el conocimiento de uno, sino un compendio, y un compendio es más que el conocimiento de uno», afirma Jerónimo Mazarrasa.

A lo que su compañero, el psicólogo David Londoño, apostilla: «Hemos tenido acceso a una fuente de información privilegiada y es que hemos podido escuchar a cientos de personas en el Centro de Apoyo de ICEERS que vienen precisamente por haber tenido problemas en las ceremonias de ayahuasca y que la mayor parte de las veces no vuelven a contarle al facilitador lo que les pasó, y vienen directamente al centro de apoyo. Esas personas pasan por debajo del radar del ayahuasquero, y éste no mejora sus prácticas de seguridad porque no termina de reconocer dónde están los puntos ciegos».

Mas información e inscripciones en ‘Aumentando la seguridad en sesiones de ayahuasca’ & ‘Increasing safety in ayahuasca sessions’.

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