«En procesos de duelo, la ayahuasca se convierte en tu mejor terapeuta»

Durante la pandemia del Covid-19, millones de personas han perdido a un ser querido. Además, muchos de ellos no han podido siquiera despedirse o celebrar los funerales pertinentes, dadas las restricciones dictadas por las autoridades sanitarias para detener la transmisión del virus. En estas circunstancias, es incalculable la incidencia de duelos complicados e irresueltos que podrían llegar a cronificarse a largo plazo.

Un innovador estudio, liderado por la psicóloga Débora González y promovido por la Fundación Beckley Med (rama española de la ONG británica Beckley Foundation), propone la ayahuasca como vehículo para acceder a un mundo interno profundamente significativo, e integrar esta nueva información durante el proceso de psicoterapia. 

En el estudio participarán 216 personas divididas en tres grupos de 72 personas. El grupo experimental recibirá nueve sesiones de terapia individual y online, con una aproximación constructivista, la cual comprende el duelo como un proceso de reconstrucción de un mundo que ha quedado destrozado tras la pérdida. A lo largo del proceso piscoterapéutico, los participantes podrán asistir a dos ceremonias de ayahuasca que se realizarán grupalmente junto a otros participantes del estudio.

El segundo grupo, es un grupo control en el que los participantes únicamente recibirán las nueve sesiones de psicoterapia. Una vez pasado el periodo de seguimiento de nueve semanas, podrán asistir voluntariamente a dos ceremonias de ayahuasca.

Finalmente, está el llamado ‘grupo en lista de espera’, que únicamente serán evaluados durante la condición basal y nueve semanas después. Al igual que los participantes del grupo control, aquellos que deseen asistir a dos ceremonias de ayahuasca podrán hacerlo al concluir el periodo de seguimiento. Todas aquellas personas que asistan a las ceremonias realizarán una sesión de preparación grupal (antes) y de integración individual (después) de las ceremonias. Los requisitos para participar es haber perdido un familiar de primer grado en los últimos doce meses. Si es tu caso y quieres participar en el estudio puedes contactar con la organización vía correo electrónico: investigacion@fundacionbeckleymed.org.

El uso de la ayahuasca para ayudar al proceso de duelo a nivel terapéutico no es nuevo. Débora González lleva años estudiando este particular, y durante la última edición de la World Aya Conference, pudimos escuchar algunas de sus conclusiones durante la ponencia ‘Ayahuasca, terapia y duelo’:

Según explica la doctora González, «ante la muerte de las personas que amamos, nos confrontamos inevitablemente con las cuestiones filosóficas y existenciales que han acompoñado al hombre a lo largo de su historia, aquellas preguntas a las que sólo uno mismo puede dar respuesta. La ayashuasca nos ayuda a profundizar en nuestras memorias y en el imaginario colectivo, permitiéndonos asimilar información que resulta inaccesible durante nuestro estado de vigilia habitual. Esta nueva información resulta muy enriquecedora para reconstruir un mundo significativo a través del proceso de terapia constructivista, haciendo que los beneficios de la ayahuasca y la psicoterapia se potencien sinérgicamente. Además, la ayahuasca facilita el contacto con esa dimensión espiritual del ser humano que ha quedado mermada en nuestra sociedad actual, debido a los trágicos estragos de la religión a lo largo de los siglos y a nuestra cosmovisión dualista, individualista y profundamente materialista. Cuando nos enfrentamos a la muerte, nos enfrentamos al misterio, y la ayahuasca nos ayuda a caminar el misterio».

¿Por qué la ayahuasca para adaptarse al mundo tras la muerte de un ser querido? «Ayahuasca es un término Quechua derivado de la yuxtaposición de los términos “Aya“, que significa muerte, alma, espíritu o ancestro y “waska” que significa enredadera o liana, traduciéndose como “liana de los muertos”. Por tanto, es posible que la ayahuasca se haya usado para este fin (entre muchos otros), desde hace cientos de años por las comunidades indígenas amazónicas. Nosotros hemos realizado algunos estudios previos donde hemos visto que la ayahuasca evoca experiencias que tocan directamente los temas clave de los procesos de duelo en aquellas personas que han perdido a un ser querido, por ejemplo: el desbloqueo emocional en los casos de negación; el acceso a memorias biográficas significativas que se comprenden desde otro punto de vista; o el contacto con la “esencia” del fallecido, que facilita la resolución de los asuntos pendientes, como pedir perdón o despedirse del ser querido. Las experiencias de ayahuasca pueden traer consigo beneficios de un gran valor terapéutico ya que ciertos procesos psicológicos, como perdonarse a si mismo, son realmente difíciles de conseguir con las técnicas de psicoterapia habituales. En este caso, es como si la ayahuasca se convirtiese en el terapeuta, tocando las teclas necesarias para la readaptación del doliente, de una forma íntima, única y natural», responde la doctora González.

¿Has perdido a un ser querido y te gustaría formar parte del estudio de la Fundación Beckley Med? Escribe a investigacion@fundacionbeckleymed.org para más información.

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