«Dios creó una iglesia en forma de liana para que ella pudiese habitar en cada ser puro encarnado en la Tierra», Sebastián Mota, citado por Alex Polari.
Los caminos de la ayahuasca son inescrutables. El pasado mes de octubre debería haberse celebrado por todo lo alto en el Cielo de Mapiá, la comunidad amazónica donde se asienta la sede del Santo Daime /ICEFLU- el nacimiento de Sebastián Mota de Melo, el Padrino Sebastián, refundador del Santo Daime, el movimiento espiritual que ha llevado la ayahuasca a medio mundo.
Todo estaba preparado en Mapiá, la “nueva Jerusalén” que fundó Sebastián en los años 80 del siglo pasado. Incluso se ultimaba la construcción de una enorme iglesia en mitad de la selva de Acre, una obra financiada por los seguidores del Santo Daime en Brasil y el resto del mundo. Se esperaba que miles de fieles llegaran desde el último rincón para este homenaje a Sebastián, considerado un santo por quienes le conocieron. Pero la llegada del coronavirus a la floresta convirtió aquella celebración presencial en un movimiento virtual que ha agrupado a miles de personas a través de internet y del Zoom, trascendiendo incluso la nutrida comunidad damista: 20.000 personas en más de 40 países.
Leer más