María B. explica cómo la ayahuasca le permitió «hacer un profundo trabajo de tratamiento del shock postraumático»
María B. sobrevivió con su familia al tsunami del 2004 en Tailandia, un caso que tuvo una enorme -incluso excesiva- repercusión mediática. Las heridas físicas tardaron varios meses en cauterizar, pero las psíquicas se prolongaron durante muchos años, con prolongados episodios de depresión recurrente a raíz del shock postraumático de aquel trágico acontecimiento.María, médico de formación, se puso en manos de la medicina convencional pero, lejos de mejorar, «fui entrando en una cueva cada vez más oscura». Ni la psicoterapia, ni los antidepresivos lograron sacarle de su depresión cuando, fortuitamente, la ayahuasca se cruzó en su camino. Ahora María, quien afirma no estar «curada», aunque sí «reconciliada» con aquella experiencia, comparte sus historia.
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