El uso de la ayahuasca: un encuentro entre tradiciones amazónicas y terapias psicodélicas occidentales 

La revista ‘Journal of Transpersonal Research’, que publica la Asociación Transpersonal Iberoamericana, dedica su último número (16) a la ayahuasca. El monográfico incluye artículos de, entre otros, José Carlos Bouso y Maja Kohek (ICEERS); Josep M. Fericgla; Bia Labate y Henrique Antunes (Chacruna); Luis Eduardo Luna y Manuel Villaescusa, cofundador de Plantaforma para la Defensa de la Ayahuasca.

A continuación un breve extracto del artículo ‘El uso de la ayahuasca: un encuentro entre tradiciones amazónicas y terapias psicodélicas occidentales’, del músico y psicoterapeuta Manuel Villaescusa, que puedes leer íntegramente en este enlace.

(…) La ciencia occidental adopta una perspectiva materialista, considerando la conciencia como un producto de las conexiones sinápticas en el cerebro. Según esta visión, los efectos terapéuticos de la ayahuasca se deben a sus componentes químicos: dimetiltriptamina (DMT), harmina, harmalina y tetrahidroharmina, que influyen en el sistema serotoninérgico (Strassman, 2001). Estos compuestos actúan en los receptores serotoninérgicos 5HT2A, ya que la DMT es muy similar al neurotransmisor serotonina, y la harmina, harmalina y tetrahidroharmina producen un aumento de la serotonina disponible en el cerebro (Riba et al., 2001).

En contraste, las tradiciones amazónicas ven la ayahuasca como una entidad espiritual que cura, guía y enseña (Luna, 1986). Al pertenecer a una cultura animista, los indígenas amazónicos consideran que cada planta tiene un espíritu, una madre, y es ese espíritu el que realiza las curaciones a través del curandero (Beyer, 2009). Al tomar ayahuasca, se incorpora ese espíritu dentro de uno mismo, estableciendo una comunicación con la planta, pudiendo escuchar sus enseñanzas y recibir sus curaciones (Shanon, 2002).

Para que este encuentro sea posible, es necesario que sea facilitado por un cu-andero, alguien que, a través de una larga formación, haya alcanzado la capacidad de llamar al espíritu de la planta mediante canciones, llamadas icaros, enseñadas por las mismas plantas mediante las dietas realizadas por el curandero (Beyer, 2009). Estas dietas son largos procesos de aislamiento en la selva, tomando diariamente la planta que se quiere dietar, hasta que se logra comunicar con el espíritu de la planta en sueños, donde se reciben los cantos que permitirán llamar al poder de esa planta en las ceremonias (Labate y Cavnar, 2018).

Para la ciencia médica occidental, estas creencias son vistas como supersticiones, mientras que, para los curanderos amazónicos, la visión occidental es una muestra de ignorancia respecto a la verdadera naturaleza de las plantas (Dobkin de Rios, 1984). (…) 

Accede al artículo íntegro ‘El uso de la ayahuasca: un encuentro entre tradiciones amazónicas y terapias psicodélicas occidentales’ en este enlace y al número completo de la revista en este otro.

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