Las recientes operaciones policiales en ceremonias de ayahuasca han generado una justificada alarma entre la comunidad ayahuasquera, que se pregunta cuáles son las motivaciones de esta ofensiva contra una práctica de gran raigambre en España y que, hasta la fecha, no ha generado ningún problema grave sanitario y cuya legalidad está amparada por la legislación vigente y por las recurrentes sentencias judiciales basadas en ella.
¿Quien ordena estas operaciones policiales?, ¿Con qué objeto?, ¿Está justificado el uso excesivo de la fuerza como exhiben los vídeos difundidos por la propia policía? Son algunas de las preguntas que se hacen facilitadores y practicantes de la ayahuasca, tras media docena de operaciones policiales que, hasta la fecha, no han concluido en una sola condena judicial.
En este contexto, la participación de un agente de policía en unas recientes jornadas sobre chamanismo permitió, al menos en parte, conocer la perspectiva policial sobre la ayahuasca y responder algunas de las preguntas planteadas anteriormente. La ocasión tuvo lugar el pasado mes de mayo en Tarragona, gracias a ICEERS, que invitó al subinspector Marcos Quinteiro a participar en el coloquio ‘Chamanismo, ciencia y conocimiento: desafíos de la globalización de las plantas maestras’, y en el que participaron destacados miembros de la ONG con sede en Barcelona, así como docentes e investigadores del Medical Anthropological Medical Center (MARC) de la Universitat Rovira i Virgil, que acogió el encuentro en sus instalaciones. Todos los vídeos de aquel encuentro están recogidos en la página web de ICEERS.
La presencia de Marcos Quinteiro estaba justificada por la investigación que este agente, destinado en Vigo, realizó sobre la ayahuasca durante dos años y que fue publicado en la ‘Ciencia Policial: Revista Técnica de la Policía Nacional’ (julio de 2020) en un artículo más propio de un estudio antropológico que del discurso admonitorio y moralista que suele imperar en las comunicaciones de las Fuerzas del Orden sobre sustancias psicoactivas.
Aquí puedes ver y escuchar la intervención de Quinteiro -quien acudió a título personal y no como representante de la policía, tal y como insistió- en la mesa redonda ‘Las múltiples caras de la ayahuasca en España’:
Quinteiro participó en varias sesiones de ayahuasca con un facilitador que trabaja con ayahuasca y otras plantas de poder en Galicia, Fernando [nombre figurado]. Esto es lo que vio: «Lo que vi es que las personas que participan en ceremonias de ayahuasca no son gentes que resulten problemáticas para las fuerzas de seguridad, no generan alarma social y no suele haber ningún problema».
¿Cómo se justifica entonces el envío de 50 policías fuertemente armados desde Madrid, apoyados por drones y helicópteros para intervenir en una ceremonia de yopo en Asturias en la que participaban una docena de personas?, le preguntó Manuel Villaescusa, psicólogo y cofundador de Plantaforma, que participaba en la misma mesa que Quinteiro.
El subinspector explicó que la policía muchas veces peca de «exceso por precaución», porque no saben qué se van a encontrar al otro lado de la puerta. Hay que tener en cuenta que «la mayoría de los policías no conocemos, ni tenemos el conocimiento que tenéis vosotros sobre esta sustancias. Entonces, seguimos unas directrices marcadas y hacemos nuestro trabajo, que a veces no es de gusto de todos».
En otras palabras, los agentes desplazados a Langreo (Asturias) o a San Paul de Mar (Barcelona) no saben si se van a encontrar con unos traficantes de cocaína armados hasta los dientes o a un grupo de pacíficos ayahuasqueros meditando con incienso y palo santo.
Como ejemplo del profundo desconocimiento por parte del cuerpo policial de la realidad de la ayahuasca, Quinteiro refirió una encuesta informal llevada a cabo por él mismo en el curso de su investigación: «En una encuesta que llevé a cabo entre 432 compañeros policías de toda España, el 89% ni siquiera habían oído hablar de la ayahuasca».
La génesis de las operaciones policiales
Hasta la fecha, todas las operaciones policiales contra ceremonias de ayahuasca y otras plantas de poder han sido ordenadas por la Sección de Sectas Destructivas de la Policía Nacional, dependiente de la Comisaría General de Información, con sede en Madrid. La citada sección, de reciente creación, opera una dirección de correo electrónico para la denuncia de sectas destructivas, tal y como describe este reciente artículo de Libertad Digital.
En palabras de Quinteiro, que no está adscrito a la citada brigada, «la mayoría de las veces esas informaciones llegan a través de esos correos. Esas entradas vienen autorizadas por un auto judicial, y para que un juez autorice esa entrada y registro hay que justificar muchísimo. Imagino que una información tasada y puntual de haber hecho una investigación durante semanas o meses de ese movimiento que le haya dado pensar que puede ser una una secta destructiva».
Preguntas y respuestas de la mesa redonda ‘Las múltiples caras de la ayahuasca en España’:
Lo cierto es que las “sospechas” policiales quedan en agua de borrajas en cuanto el caso llega al juzgado. Como reconoció el propio Quinteiro durante su ponencia, de las 16 juicios por tenencia o uso de ayahuasca en España, 15 han sido sobreseídos por el juez.
En el caso concreto de Asturias, que tuvo un amplio eco en los medios, el juez puso en libertad al principal encausado, el ciudadano de origen sueco Axel Rudin, y la ‘Operación Bunachi’ se saldó con la aprehensión de cinco gramos de marihuana. Como acertadamente tituló un diario digital tras la sentencia, ‘La secta de la ayahuasca sólo estaba en la imaginación de la Policía’.
Ni existía secta alguna ni había sustancias prohibidas en la casa de Langreo. ¿Por qué entonces sigue insistiendo la policía en denominar como “sectas” a los grupos ayahuasqueros?
Fragmento de la entrevista con un representante anónimo de la Comisaría General de Información en Libertad Digital.
Enlaces:
Todas las intervenciones del coloquio ‘Chamanismo, ciencia y conocimiento: desafíos de la globalización de las plantas maestras’, organizado conjuntamente por MARC e ICEERS.
–’La revista de la Policía Nacional reconoce que la ayahuasca no es ilegal y «acarrea beneficios a quien la consume»’, Plataforma, 16 de noviembre de 2022.
–’Nueva intervención desproporcionada de la policía durante una ceremonia de ayahuasca’, Plataforma, 28 de marzo de 2023.
–«Las sectas destructivas se ajustan a las necesidades del mercado», Libertad Digital, 1 de octubre de 2023.
– ‘La secta de la ayahuasca sólo estaba en la imaginación de la Policía’, Nortes, 28 de marzo de 2023.
Yo tengo un hijo que pasó, desde los 15 años que murió su padre o incluso antes, odiándolo, incluso se refería a él como “el muerto” en lugar de decir mi padre. Y gracias a la Ayahuasca lo perdonó. Yo no la he probado, pero si he estado en Perú y he probado otras plantas maestras, la primera vez que fui yo conseguí dejar de tomar antidepresivos, ansiolíticos, analgésicos constantemente. Y estuve un mes en el que hice tres dietas de diferentes plantas. Después de tres años volví y volvería más veces si los viajes fueran más baratos porque solo tengo agradecimiento y buenas palabras para el chamán que me trato a mí.