«Cuanto más profunda es la experiencia mística con psiquedélicos, mejores son los resultados terapéuticos»

Lenta, pero segura, la derogación de la prohibición de las drogas psicodélicas va avanzando estado a estado, país a país. La normalización de las sustancias enteógenas plantea, empero, diversas cuestiones: ¿quién está legitimado para dar estas medicinas: médicos, psiquiatras, psicólogos, chamanes…?, ¿qué experiencia necesita un curandero del mundo tradicional y cómo puede demostrarla?, ¿pueden dispensarse estas sustancias como si fueran medicamentos convencionales?

Para responder esta y otras preguntas, nos ponemos al habla con Manuel Villaescusa, psicólogo, músico, experto en ayahuasca y cofundador de la Plantaforma de Defensa de la Ayahuasca.

Aquí puedes ver y escuchar la entrevista completa:

¿Quién crees que debería estar autorizado a dar sustancias psicodélicas a los pacientes?

En nuestra nuestra sociedad los que están autorizados a recetar medicinas son los médicos. Por tanto, el estamento médico seguramente barrerá para su casa y dirá que sólo los médicos -y sólo los médicos psiquiatras- deben estar autorizados a administrar estas sustancias. Lo que sucede es que sustancias como los hongos psilocibe o la ayahuasca vienen de unas tradiciones que las han mantenido vivas durante durante milenios, y los pueblos indígenas tienen un saber que los médicos psiquiatras no tienen. Yo opino que tendría que estar autorizado a los a los indígenas, es decir a los que se llaman taitas, curanderos, chamanes, vegetalistas… que son los verdaderos expertos en estas sustancias, son los que más saben de esto. Estamos hablando de una tradición que se ha mantenido viva durante siglos y que es una parte muy importante de su cultura. Hay mucho que aprender de ellos.

Sin embargo, lo prioritario ahora es descriminalizar y despenalizar estas sustancias. Lo que no es lógico es que en Italia, que acaba de prohibir la ayahuasca, la pena por hacer una una sesión de ayahuasca son 30 años de cárcel, una pena mucho mayor, que si matas a alguien. Esto es un despropósito.

Efectivamente, parece haber un pulso entre fuerzas antiprohibicionistas, resistencia al cambio de las instituciones prohibicionistas y, por si fuera poco, ahora se añaden las corporaciones.

Así es. Hasta ahora el juego era entre las fuerzas represivas policiales del estado y los terapeutas underground. Ahora, con el ‘renacimiento psiquedélico’ van a entrar en juego las compañías farmacéuticas, las corporaciones que son las que están sacando patentes sobre estas medicinas y están llevando adelante todo el proceso para convertirlas en medicinas legales, y el estamento médico, que también se meterá por ahí, así que va a entrar un nuevo un nuevo jugador en la partida, que se va a poner más interesante todavía.

¿Cuál es el rol que le corresponde en este eventual marco regulatorio a los chamanes y curanderos tradicionales?

Es complejo. Precisamente, leí sobre ello en un artículo tuyo sobre ese movimiento que se llama Decriminalize Nature. Yo creía que la base era, como dice su nombre, descriminalizar todas estas actividades, pero parece que lo que quieren es reglamentar y y poner coto a esas actividades. Llevamos desde los albores de la civilización consumiendo sustancias alteradoras de la conciencia. Hay pruebas arqueológicas que muestran que usamos este tipo de sustancias desde antes de la invención de la agricultura, cuando éramos cazadores recolectores. Es decir, que son la cuna de nuestra de nuestra especie. Entonces, que eso esté criminalizado, me parece una un despropósito tal como criminalizar la música, porque hemos estado milenios haciendo música reunidos alrededor del fuego, probablemente haciendo las dos cosas a la vez: tomando estas plantas y haciendo música.

Decriminalize Nature trata, por un lado, de revocar la prohibición de las plantas maestras y, por otro, evitar que su uso acabe siendo privativo de la industria farmacéutica, que no siempre cuida de nuestra salud como debiera.

El problema de las corporaciones farmacéuticas es que su prioridad son los accionistas. Son corporaciones con ánimo de lucro y no son de fiar en ese sentido. Además, estas sustancias no están delimitadas en el ámbito de los fármacos, porque también tienen usos religiosos, espirituales… No son fármacos que vas a la farmacia, te los compras y te los tomas en casa y ya está, sino que son sustancias que tienen su eficacia y su uso en en contextos ceremoniales… hay toda una cultura alrededor del uso de estas plantas que es necesaria para su para su buen uso; todo eso sobrepasa el ámbito de actuación de las compañías farmacéuticas. En los próximos años va a haber una conversación entre todos los actores en juego en este tema y ojalá logremos llegar a un acuerdo que sea lo más favorable para todos, pero, reitero, lo fundamental es acabar con la criminalización porque que haya gente en la cárcel por esto es como si meten a alguien en la cárcel por hacer música.

¿Crees que es apropiado hablar de la ayahausca y otros psicodélicos como “medicinas”? Porque esto puede dar pie a que el estamento médico se apropie automáticamente de ellos.

Lo que está sucediendo ahora en la psiquiatría es que llevan muchísimos años sin un desarrollo relevante de fármacos. La última revolución en psiquiatría fueron los antidepresivos recaptadores de la serotonina, como el Prozac, a finales de los años 80, es decir hace más de 40 años. Entonces, llegan los psiquedélicos como una ola, si bien ya se estaban usando y experimentando en los años 40, 50 y 60. Lo que pasa es que al final de los años 70 se prohibieron por motivos fundamentalmente políticos: la ‘War on Drugs’ de Richard Nixon. Los estudios que se están haciendo hasta ahora están mostrando un buen funcionamiento en la depresión resistente a tratamiento convencional. La diferencia es que el psiquedélico no se administra de la misma manera que un antidepresivo, que tomas una pastilla cada día y al cabo de unas semanas empieza a hacer efecto. Esta sustancias se toman en entornos especiales, con un guía, en una habitación cuidada, cómoda y se usa música para dirigir la experiencia. Además, hay un trabajo previo de preparación y un trabajo posterior de integración. Todo eso es muy distinto del modelo tradicional farmacológico. Si nos vamos al uso tradicional de los curanderos, ahí entramos en la cosmovisión animista de que las plantas tienen su espíritu y tú cuando las tomas es el espíritu de la planta el que viene y te cura. Eso, a nivel científico médico occidental es completamente inasumible. Los estudios que se están haciendo con la depresión no entran en el lado animista, pero sí que reconocen que hay una correlación directa entre la vivencia de una experiencia mística durante la toma con los resultados terapéuticos. Es decir, que cuanto más completa es la experiencia mística que tiene la persona cuando toma estas plantas, mejores son los resultados terapéuticos.

Otra diferencia importante es que, en ocasiones, basta con tomar una vez la sustancia psiquedélica para obtener resultados terapéuticos importantes, a veces incluso la curación.

Efectivamente, es menos rentable, pero también imagino que las compañías que se dedican a esto harán sus cuentas y calcularán cuánto puede cuánto puede costar una intervención con psiquedélicos. No es que sea barata, porque tienes una serie de profesionales dedicados a una persona durante mucho tiempo, tanto antes como después, y todo eso tiene unos costes. Es cierto que a nivel farmacológico los costes de estas sustancias son efímeros, más teniendo en cuenta que el LSD es activo a nivel de microgramos.

Has señalado otra diferencia: la importancia del factor humano en la eficacia terapéutica, algo que conocemos bien en el contexto chamánico: la importancia de la tribu.

Hay estudios que demuestran que cuando esta sustancias se administran en grupo son más eficaces, algo que ya saben las culturas tradicionales.

Sería bonito, por tanto, que se enriquecieran, no ambas cosmovisiones: la farmacológica y la chamánica/psiconauta, porque realmente el mundo afronta un grave problema de salud mental.

Todos los que hemos estado en el underground de estas terapias hemos hecho viajes al Amazonas para aprender con las tradiciones que mantienen vivas estas prácticas, hemos ido a la fuente y luego hemos adaptado lo mejor que hemos podido lo que era adaptable de esas tradiciones a nuestro mundo occidental, pero eso es importantísimo. Yo creo que sobre todo a nivel de la importancia de la música; desde el principio, en los años 60, de las terapias psiquedélicas la música ha tenido siempre un papel fundamental. Las ceremonias se guiaban las ceremonias y se siguen guiando con música y eso es algo que que viene de las de las tradiciones indígenas. El curandero se reconoce por cómo canta: así como canta es como cura.

Necesitamos tu ayuda con el ‘crowdfunding’ para defender la ayahuasca en los medios y en los tribunales. También puedes hacerte socio por sólo 5 euros al mes.

Puedes ver y escuchar la entrevista completa, aquí.

Enlaces:

«Las plantas maestras pueden paliar la crisis de salud mental de los olvidados por el sistema de salud de EEUU», Plantaforma, 18 de marzo de 2022.

El Ministerio de Salud de Italia prohíbe, por sorpresa, la ayahuasca. Plantaforma, 24 de marzo de 2022.

2 pensamientos sobre “«Cuanto más profunda es la experiencia mística con psiquedélicos, mejores son los resultados terapéuticos»

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