Más de dos tercios de los usuarios de ayahuasca (69,9%) reportaron efectos físicos adversos tras haber ingerido la bebida, mayoritariamente vómitos, mientras un poco más de la mitad (55,4%) reportaron efectos psíquicos negativos, incluyendo sensación de desconexión, pesadillas, nerviosismo, desmotivación o incapacidad para distinguir lo que es real de lo que no.
El estudio ‘Adverse effects on ayahuasca’, firmado por José Carlos Bouso et al y publicado por la revista Plos Global Public Health, ha sido elaborado a partir de las respuestas de la encuesta online ‘Global Ayahuasca Project’, liderada por la Universidad de Melbourne (Australia) en la que participaron 10.836 internautas de más de 50 países entre 2017 y 2019.
Efectos adversos físicos
En el cuadro siguiente puede apreciarse el desglose de los efectos adversos físicos de los participantes en la encuesta, cuya población se reduce a 8.216 personas que rellenaron íntegramente esa sección de la misma. Un 62% sintieron náuseas y vómitos tras ingerir la ayahuasca (próximamente publicaremos un artículo sobre el efecto emérito de la bebida y por qué tal vez no es correcto adscribirlo como “efecto adverso”); un 17,8%, dolor de cabeza; un 12’8%, dolor abdominal; un 7,3%, dificultad para respirar y un 7,5%, dolor muscular. Además, un 5,1% reportaron sufrir efectos adversos neurológicos, incluyendo desmayos y convulsiones.
A pesar del cuantioso volumen de efectos adversos reportados, lo cierto es que únicamente el 2,3% de éstos requirieron de atención médica. Como señalan los autores del estudio, «aunque existe una alta tasa de efectos físicos adversos y de efectos psicológicos desafiantes derivados del consumo de ayahuasca, en general no son graves, y la mayoría de los asistentes a ceremonias de ayahuasca continúan asistiendo a las ceremonias, lo que sugiere que perciben que los beneficios superan a cualquier efecto adverso».
Efectos adversos psicológicos
El abanico de efectos mentales adversos fue mucho más amplio y atomizado. Para un total de 7.839 personas, el 42% reportaron efectos negativos emocional-cognitivos, y otro 38,3%, efectos de “percepción alterada”, que, como señalan los autores del estudio, no pueden ser automáticamente considerados no deseados, muchas veces al contrario: «Es importante señalar que, aunque hemos asumido que se trata de una experiencia adversa, algunos de los encuestados que informaron de estos cambios mencionaron específicamente en respuestas cualitativas posteriores que los habían considerado positivos y no efectos adversos».
Por orden de incidencia, y tal y como detalla la tabla que reproducimos a continuación, los efectos cognitivos adversos más habituales fueron: sentimientos de desconexión o soledad (21%); pesadillas y pensamientos turbadores (19,2%); nervios y ansiedad (18,9%); depresión y bajona (16,6%); preocupación excesiva (15,3%); desinterés por las cosas (14,8%) y dificultades para distinguir lo real de lo que no (12,9%).
Entre los efectos “adversos” de percepción alterada, los encuestados citan “oír o ver cosas que el resto de la gente no ve” (28,5%); sentirse “atacados energéticamente” (14,9%) o distorsiones visuales (15,1%).
El ambivalente resultado de los efectos adversos reportados se hace patente en este párrafo del estudio: «En la mayoría de los casos, la duración de los efectos adversos para la salud mental fue inferior a una semana. Mientras que en investigaciones anteriores se han encontrado efectos adversos graves y duraderos en la salud mental en casos poco frecuentes, en otras investigaciones se ha descubierto que los efectos adversos especialmente desafiantes pueden mejorar las condiciones psiquiátricas, mientras que en otros trabajos de este estudio se ha informado de que el número de efectos adversos en la salud mental se asocia negativamente con la salud mental actual y la mejora percibida en el bienestar psicológico»-+.
Enlaces:
-‘Adverse effects on ayahuasca’, Plos Global Public Health, 16 de noviembre de 2022.
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