Se estima que más de cuatro millones de personas han consumido ayahuasca en algún momento de sus vidas. Solo en 2019, aproximadamente 820.000 personas consumieron la bebida, lo que se traduce en alrededor de cinco millones y medio de dosis de esta sustancia psicoactiva utilizada durante miles de años por pueblos indígenas amazónicos.
Los datos provienen de un estudio realizado en América, Europa, Australia y Nueva Zelanda por la Fundación ICEERS. El informe se elaboró entre 2020 y 2021 y se divulgó en el último mes de junio.
La globalización de la ayahuasca, que ha promovido un aumento en su consumo y una escalada del llamado turismo psicodélico, ha sido señalada por algunos expertos como una amenaza para el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas y también para la sostenibilidad de las plantas utilizadas en su preparación.
En una entrevista con Psicodelicamente, Jeremy Narby, antropólogo canadiense radicado en Suiza, argumenta que este movimiento también tiene un lado positivo. «El interés externo en el chamanismo amazónico ha llevado a los indígenas a reconsiderar el valor de su propio conocimiento».
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