Don Rómulo Magin tiene unos ojos pequeños y vivarachos de color azul, vidriosos por las avanzadas cataratas. A sus 94 años, don Rómulo se despierta cada día al amanecer en su casa/maloka del Amazonas peruano, empuña el machete y abre trochas en la selva, o bien reconoce plantas medicinales que usará en sus curas. Puede que su vista sea débil, pero sigue reconociendo con precisión los centenares, quizá millares de plantas, que dietarán los visitantes y discípulos de su centro.
Don Rómulo nació en Ecuador y pertenece al grupo étnico de los aguarunas, emparentados con los shuar, y, según cuenta, descendientes directos de un linaje de incas. Curandero era su papá y también lo fue su abuelo. Su lengua materna es el quechua, y con ella habla e ‘ikarea’. Su castellano es rudimentario y está trufado de giros selváticos y términos del quechua, así que su hijo Winister nos ayuda en la traducción al castellano. Winister, al igual que su hijo Winister Jr., nacieron en el Perú, en el departamento de Loreto, de modo que su lengua vehicular es el castellano. Sin embargo, siguen utilizando el quechua en sus ‘ikaros’: «El ‘ikaro’ se debe hacer en quechua -explica Winister- para que la medicina pueda hacer su trabajo, el español no sirve».
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