Moatiabi Noi-Ananti Xobo, un proyecto liderado por mujeres para proteger la selva amazónica y la tradición shipibo-konibo
Fidelia Franco ha luchado toda su vida contra una doble discriminación: ser indígena y ser mujer. Ser indígena en el Perú es pertenecer a la casta más baja de la sociedad, una sociedad, como muchas en Latinoamérica, que reniega de sus orígenes mientras mira y admira al hombre blanco. Si además de indígena, naciste mujer, la discriminación es doble: el machismo proliera tanto entre los grupos indígenas como entre blancos y criollos.
Ronin Wesna («Madre de la Anaconda», nombre shipibo de Fidelia) ha transitado el camino de ida y vuelta desde su aldea originaria en los márgenes de Pucallpa hasta Lima, la vetusta y superpoblada capital del país. Ahora, en su nueva reencarnación, Fidelia/Ronin Wesna lidera un proyecto que quiere proteger la selva de la voracidad de las empresas extractivistas, que ven en el Amazonas un botín para seguir engrosando su cuenta de resultados.
84 millones de europeos, 1 de cada 6, sufre alguna condición de salud mental, y la mitad de ellos se sintió deprimida o ansiosa en los últimos 12 meses, según un informe del Parlamento Europeo elaborado con datos de 2019, es decir, antes de la pandemia del Covid. Desde entonces, estas cifras no han dejado de empeorar, hasta convertirse en un lastre para el continente: Los costos económicos de las enfermedades mentales se han estimado en el 4,2% del PIB anual de la Unión, equivalente a 600.000 millones de euros al año.
Por si fuera poco, los profesionales de la salud mental están desbordados por la avalancha de pacientes y carentes de herramientas para hacer frente a la demanda: se estima que la mitad de los pacientes no responde a los tratamientos disponibles actualmente en el sistema médico para tratar condiciones como la depresión, la ansiedad o el estrés post traumático (PTSD).
Los líderes de la etnia shipibo-conibo denuncian un ‘extractivismo espiritual’ a partir de la planta y alertan sobre los impactos de la explotación en la selva y los conocimientos indígenas
En las exuberantes extensiones de la Amazonía peruana, se cierne una crisis espiritual. La planta de ayahuasca, central en los rituales de los chamanes Shipibo-Conibo, enfrenta serias amenazas. Los líderes indígenas han acuñado el término «extractivismo espiritual» para describir esta alarmante tendencia, advirtiendo sobre sus graves impactos en la selva y el rico conocimiento ecológico tradicional que se ha cultivado aquí durante siglos.
El pasado 14 de julio, el diario ABC publicó un artículo titulado «Barajas, puerta de entrada de la ayahuasca, droga de sectas» repleto de desinformación, errores y medias verdades. Desde Plantaforma para la Defensa de la Ayahuasca hemos enviado una carta al director de ABC, Julián Quirós, solicitando la rectificación del citado artículo y señalándole algunos de los errores, nada inocentes, en los que incurre.
El artículo de ABC forma parte de una estrategia de (des)información de la Policía Nacional, más concretamente el grupo especializado en “sectas destructivas” dependiente de la Comisaría General de Información con sede en Madrid. En los dos últimos años, esta división ha encabezado varios operativos contra grupos ayahuasqueros a los que ha acusado, reiteradamente y sin pruebas, de “sectas”, un epíteto vacío de contenido utilizado como arsenal en la guerra por el relato que se disputan las fuerzas del orden y la comunidad de la planta en España.
El 4 de junio, los tribunales franceses se pronunciarán sobre la culpabilidad o no de Claude Bauchet, acusado de consumir y traficar con una droga conocida como ayahuasca. En 2005, el Ministerio de Justicia francés publicó un decreto que clasificaba la ayahuasca como estupefaciente. Esta decisión política siguió a la absolución de Claude Bauchet y otros miembros de la iglesia del Santo Daime en Francia, que habían sido detenidos y juzgados en 2004.
En 2025 se espera otra decisión, la del Conseil d’Etat (máximo tribunal administrativo de Francia), al que se ha presentado una petición solicitando la desclasificación de la ayahuasca.
Se trata, por tanto, de una batalla que se libra desde hace veinte años en el país vecino, en la que está en juego la libertad religiosa, pero también el propio estatuto jurídico de la bebida amazónica, clasificada por las autoridades francesas como estupefaciente y que siguen ignorando las pruebas científicas que demuestran que la ayahuasca no constituye un problema de salud pública.
Los reiterados casos de irrupciones policiales en ceremonias de ayahuasca forman parte de una campaña intencionada de «miedo, desconfianza y desinformación» con el objeto de poner en entredicho una práctica ancestral que ofrece numerosos beneficios para sus participantes, beneficios repetidamente avalados por la ciencia.
El hostigamiento hacia los facilitadores de la bebida amazónica en España ha levantado una ola de rechazo entre la comunidad científica internacional. Más de un centenar de notables estudiosos, psicólogos, antropólogos y activistas se han adherido al artículo/manifiesto publicado por Chacruna Institute y firmado por Bia Labate, Henrique Fernandez Antunes, Galuber Loures de Assis y Clancy Cavnar con el título ‘Una llamada para el apoyo público contra la demonización actual de las prácticas de ayahuasca en España’.
Entre los firmantes del manifiesto están Rick Doblin, fundador de MAPS; David Bronner, CEO de Dr. Bronner; el antropólogo Edward MacRae, destacado estudioso del culto del Santo Daime; Helle Kaasik, investigadora de la Ayahuasca; el doctor en Farmacología José Carlos Bouso; el psiquiatra y escritor Ben Sessa y el investigador español Carlos Suárez Álvarez.
Las detenciones de facilitadores de ayahuasca en España «han reavivado el debate sobre el uso del brebaje en el país, liderado por la cobertura sensacionalista de los medios de comunicación que a menudo ignoran los datos científicos disponibles. Las acusaciones son las mismas: los grupos de ayahuasca son sectas que utilizan drogas peligrosas para manipular a sus adeptos, comúnmente descritos como personas frágiles y crédulas, con el fin de obtener ganancias financieras», según el artículo de Chacruna.
«En medio de este escenario de detenciones, procesamientos, informes sensacionalistas y la difusión del miedo, la desconfianza y la desinformación, es necesario abordar el tema de manera juiciosa, dejando de lado prejuicios y preconceptos. Es crucial en un momento como este analizar los conocimientos acumulados sobre el uso religioso de la ayahuasca, así como comprender los contextos en los que ha ocurrido la regulación de la bebida con éxito, creando modelos de políticas públicas que se pueden estudiar y adoptar en otros contextos socioculturales».
Campaña de ‘crowdfunding’
Con el objeto de proteger el buen nombre de la ayahuasca de los ataques que está sufriendo en España, desde la Plantaforma para la Defensa de la Ayahuasca hemos puesto en marcha una campaña de crowdfunding con la que estamos sacando adelante la serie de documentales ‘Voces de la ayahuasca’, cuyos dos primeros episodios ya puedes ver en YouTube en abierto.
Si en algún momento crees que la ayahuasca hizo algo bueno por ti, es el momento de agradecerlo.
Hace poco más de un año te pedimos ayuda desde la Plantaforma para la Defensa de la Ayahuasca para grabar una serie de documentales sobre la bebida sacramental amazónica.
El motivo que nos impulsó a dar este paso fue defender a la comunidad ayahuasquera de la campaña de ataques desde la policía española y ciertos medios de comunicación, una estrategia orquestada para estigmatizar la práctica de la ayahuasca.
El mayor estudio sobre el hongo psicoactivo ha sido escrito por una investigadora rusa bajo seudónimodesde su ‘dacha’ en Siberia
La Amanita muscaria, conocida en España como «matamoscas», está presente en todas partes. Aparece como estatuas de jardín, disfraces de Halloween, papel de regalo y fundas para móviles. En la cultura popular es omnipresente en los Pitufos, en la versión de Tim Burton de ‘Alicia en el País de las Maravillas’, en ‘Fantasía’, de Disney, y como el icónico hongo de Super Mario. Aunque la mayoría de las personas utilizan la frase «hongo mágico» para referirse al menos colorido ‘Psilocybe cubensis’, los debates sobre los ‘niños santos’ casi siempre están marcados por el emoji de Amanita: 🍄.
A pesar de esta omnipresencia en la representación, hay muchos malentendidos sobre la A. muscaria. El ilustre micólogo Paul Stamets ha nombrado a la Amanita como «uno de los hongos más peligrosos que alguien puede comer». De hecho, la gente que consume este hongo por sus efectos psicoactivos tiene preocupaciones de seguridad que no son habituales de los psicodélicos clásicos, preocupaciones que hacen más crítico tener un acompañante y un entorno seguro al interactuar con este hongo.
Los comentarios sobre A. muscaria están llenos de debates sin resolver, inexactitudes, especulaciones y rumores, en parte fomentados por la propaganda prohibicionista en Occidente y especialmente en Rusia, cuna del chamanismo siberiano, que la URSS intentó erradicar durante el oprobioso período estalinista.
Con el propósito de arrojar luz y disipar mitos sobre la Amanita, una médico y activista rusa llevó a cabo entre 2020 y 2023 el mayor estudio hasta la fecha sobre la microdosificación del hongo. Más de 12.000 personas han aportado sus experiencias con la Amanita, experiencias que han sido recopiladas por Baba Masha Some, seudónimo de la autora, que oculta su identidad para protegerse de las leoninas leyes prohibicionistas de Rusia, país en el que difundir información sobre psicoactivos es considerado propaganda de narcóticos y puede acarrear duras penas de cárcel.
La ayahuasca está cada día más presente en los medios de comunicación, si bien la información que se difunde suele estar dirigida por los gabinetes de prensa policiales. En su doble condición de abogado y experto en el sector audiovisual, Òscar Palet Santandreu, presenta batalla en ambos frentes: en los juzgados, como abogado penalista, y en los medios de comunicación, contraponiendo el relato de la policía que considera la ayahuasca una sustancia ilegal y la vincula a una práctica sectaria.
Aquí puedes ver y escuchar la entrevista completa con Òscar Palet.
A continuación, algunos extractos de la entrevista.
Un río manchado de petróleo. En eso se ha convertido el Marañón tras décadas de derrames de crudo en el norte de la Amazonía peruana. Sin embargo, para los kukama kukamiria —arraigados en sus orillas por más de dos siglos— es mucho más que eso. “El Marañón es un padre para nosotras y todos los seres vivos”, asegura Mari Luz Canaquiri Murayari, presidenta de laFederación Huaynakana Kamatahuara Kana, que agrupa a las mujeres de 29 comunidades indígenas enclavadas en sus riberas. “Antes éramos muy felices con nuestro inmenso río, pero ahora solo tenemos dolor por lo que le han hecho”, lamenta.
El segundo río más largo de Perú —que se despliega por más de 1.700 kilómetros hasta unirse al Amazonas— arrastra el peso de más de 60 derrames petroleros del Oleoducto NorPeruano entre 1997 y 2019, según Osinergmin. Más de la mitad de tales desastres se debe a la falta de mantenimiento de esta tubería de 1.106 kilómetros, operada por la empresa estatal Petroperú, que transporta el crudo desde la selva hasta la costa peruana.