‘Afinando el alma’: enseñanzas sobre el quijotesco intento de importar legalmente ayahuasca en España

«Aquí compartimos lo aprendido, no enmascaramos la verdad, el miedo a la ignorancia te hace ignorante, la honestidad te hace brillante».

De la página web de Afinando el Alma

En agosto de 2021, durante los últimos coletazos de la pandemia, saltó a los titulares el caso de una pareja de Alicante que había sido detenida por ofrecer ayahuasca, san pedro, Bufo alvarius y otras sustancias enteógenas en su centro, llamado ‘Afinando el alma’. La detención vino acompañada de la consiguiente nota de prensa y vídeos de la Guardia Civil, acusando a la pareja, Juan y Daiva, de un delito contra la salud pública.

El caso nunca ha llegado a juicio y, de hacerlo, posiblemente los encausados serían declarados inocentes, como ha sucedido con la práctica totalidad de juicios sobre ayahuasca celebrados en los últimos años en España.

Sin embargo, el caso de Afinando el Alma es mucho más interesante de lo que denota la información de los medios en aquel momento (un corta y pega de la información suministrada por la Guardia Civil, como suele ser habitual): Juan Diego Eldorado acabó involucrado en un proceso judicial y un registro policial porque la asociación dedicó cuatro años a intentar regularizar su trabajo, desde la importación de las plantas hasta la celebración de las ceremonias propiamente dichas.

Contacté con Juan cuando salió a la luz el caso en 2021 y nos amistamos en Facebook. No ha sido hasta ahora que hemos tenido ocasión de conocernos al coincidir sincrónicamente en Costa Rica, donde Daiva y Juan ultiman la que será la sede de Afinando el alma en las Américas, un lugar donde se respira una libertad respecto a las Plantas Maestras (y también en general) inconcebible en España.

Esto es lo que nos contaron Juan y Daiva -alicantino él, lituana ella- sobre su voluntarioso, y algo ingenuo, intento de legalizar la ayahuasca y el incluso proceso judicial desatado a continuación:

1.      La constitución de la Asociación

«Afinando el alma nace en 2015. En 2017 empezamos a tramitar la inscripción en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior. A partir de 2018 empezamos a llamar cada mes al ministerio, incluso llegué a coger confianza con el funcionario, que me ayudó a redactar correctamente las cosas que estaban mal. En los estatutos explicábamos, con todo detalle, lo que pretendía la asociación: dar ayahuasca, san pedro, Bufo alvarius y otros remedios ancestrales a sus asociados.

Entonces el ministerio se puso en contacto con la Fiscalía, que querían averiguar si lo que estábamos haciendo era legal. Nos hicieron una visita y les explicamos que trabajábamos con medicinas milenarias, que estábamos haciendo rituales fuera y queríamos hacerlos aquí [en Cox, Alicante]. El funcionario nos selló todo y nos dijo que nos llegaría el registro. Así fue, al mes y medio nos llegó el registro. No pusieron ninguna pega, y eso que los estatutos aparecía estipulado muy bien cada medicina que se iba a dar, ceremonias privadas, nunca abierto al público general, promoción de plantas medicinales».

2.     El permiso de importación de ayahuasca

«En 2019 recibimos el escrito y decidimos el próximo paso: conseguir el permiso de importación de la ayahuasca. Como no sabemos por dónde empezar, nos ponemos a llamar puertas: Sanidad, Aduanas, la Agencia Española del Medicamento. Cada uno se pasaba la bola porque no sabían qué responder. Una de las personas de Sanidad de Alicante nos dijo “Esto no se puede hacer porque es una droga”, y nos mandó a la policía. Al mes nos llama la Guardia Civil, diciéndonos que les habían avisado de Sanidad. “¿Qué es lo queréis?”, nos preguntaron. Queremos un documento para poder importar esta planta, que no es ilegal, y nos pidieron un documento de todo lo que estábamos haciendo en el centro, así que lo escribí y se lo llevé, detallando dónde comprábamos cada medicina, todas de páginas legales, explicando los procesos, las reuniones, todo con absoluta transparencia…»

3.     La detención y el registro

«… Dos semanas después [en agosto de 2021], me está esperando un agente de paisano a la salida del gimnasio y me detienen.

Lo que no podía entender, ni el propio jefe de la Policía entendía, es por qué en ningún momento nadie había puesto objeciones al procedimiento, pues no había nada ilegal en él. Es más, nosotros les habíamos dado toda la información, de alguna manera nos habíamos autoinculpado.

(…) No hay ninguna denuncia. Todo viene de arriba, le han dicho a la policía que hay que cerrarlo, así de contundente. A mí lo que me irrita es que teníamos el sello y el consentimiento de que podíamos hacer eso, y ahora van y nos hacen un registro.

Lo que queríamos era legalidad, hacerlo legalmente. También queríamos que nos dijeran que podíamos traer cierta cantidad, en función de los socios que fueran a tomar tal o cual medicina, o no os podéis reunir doce, sólo seis, o tiene que haber un médico. No pasa nada, también tenemos médicos. ¿Qué necesitamos para hacerlo bien?»

4.     El proceso judicial

«Se me acusa de un delito contra la salud pública, si bien ninguna persona que haya venido al centro (y hablamos de más de 500) ha denunciado jamás que algo le haya perjudicado. ¿Cuál es el delito?

Yo te puedo demostrar que no es nocivo, te traigo a 100 personas que lo han hecho y que te cuenten su experiencia. ¿Puedes demostrar tú que es nocivo? No pueden.

No llegamos a ir a juicio, pero tampoco se ha cerrado el expediente. Un juez se lo pasa al otro y ya ha pasado por tres jueces. Nuestro abogado [Fran Azorín] les presenta tantas pruebas que los jueces no saben qué hacer y se lo pasan de uno a otro, no quieren pillarse los dedos. Tampoco quieren cerrar el caso porque tal vez creara jurisprudencia y abriría la puerta a que otras asociaciones entraran a través del consumo compartido, como sucedió con los clubes de cannabis».

5.     Las sustancias intervenidas

«Todas las sustancias que se llevaron en el registro: bufo, rapé, yopo, no son capaces de decir técnicamente qué componentes tienen que estén fiscalizados, porque no hay ninguna ilegal. No consiguen extraer el principio activo, ni siquiera del Bufo alvarius. El 5-MEO-DMT no está fiscalizado, de modo que si a una persona le detienen con Bufo, que no tenga miedo porque no está trayendo nada ilegal. El Bufo tiene bufotenía pero no se convierte en 5-MEO hasta que no se quema y entra en tu cuerpo, si intentas sacar el 5-MEO-DMT tendrías que quemarlo.

Un año antes de aquel registro me incautaron en el aeropuerto 15 kilos de tepezcohuite, que fueron consignados como ayahuasca sin serlo. Ahí sí que encontraron la DMT, pero también la pueden encontrar en una tonelada de limones y no por ello son ilegales. El tepezcohite lo compré en México porque es un cicatrizante excepcional, como es bien sabido, y lo utilizamos después de los temazcales. .. Por cierto, el tepezcohuite se evaporó en un juzgado y, a día de hoy, no he sido capaz de recuperarlo».

6.     Conclusión

«Todo esto que nos ha pasado nos ha hecho crecer mucho, ha sido algo bueno. Cada vez estamos más convencidos de que es algo por lo que vale la pena luchar, porque va a cambiar el mundo. Estamos tranquilos porque lo que hacemos lo hacemos para ayudar a la gente no para que esté peor. Esto es algo de lo que no puedes negarte, es como negar tu condición sexual porque esté prohibida: me da igual que esté prohibido, si a mí me gustan los hombres. Con las plantas pasa igual, yo no voy a negar lo que hace por mí la ayahuasca o el Bufo, por muy prohibido que esté

Lo mismo pueden decir los cerca de 50 policías locales y jueces que acuden asiduamente a las actividades en nuestro centro».

7.     Epílogo

«El azar nos ha traído a Costa Rica, un país que está mucho más abierto al tema de las plantas, sobre todo a nivel terapéutico. En Costa Rica no hay ninguna planta medicinal ilegal, en España hay 350, incluido el romero porque si lo mezclas con otras pueden ser tóxicas según “nuestros cuidadores”. En México había 80 ilegales y el pueblo salió a la calle en 2021, y ahora hay sólo 60. En México, las plantas son la primera alternativa de curación, luego viene la medicación. En la página web del Gobierno de Costa Rica hay un apartado en el que se explica cada planta y para qué sirve, incluso te dan generosas subvenciones por instalar un vivero. Las plantas maestras no están en una categoría especial por ser psicoactivas [Nota: en la zona de Puerto Viejo, en el Caribe de Costa Rica proliferan los anuncios de kambó, Bufo y ayahuasca, mezclados con clases de yoga, meditación o astrología].

Otra cosa que nos hemos dado cuenta es que las autoridades juegan con el plazo dilatado que va desde la detención hasta el juicio, porque tanto lo uno como lo otro puede resolverse en una mañana. Sin embargo, la espera puede resultar angustiosa y quebrar las voluntades más sólidas. Nosotros hemos estado tranquilos pero hay mucha gente que se viene abajo durante ese proceso judicial, que muchas veces no lleva a ninguna parte».

Más sobre Afinando el Alma en su web y en Esikaro.

Necesitamos tu ayuda con el ‘crowdfunding’ para defender la ayahuasca en los medios y en los tribunales. También puedes hacerte socio por sólo 5 euros al mes.

4 pensamientos sobre “‘Afinando el alma’: enseñanzas sobre el quijotesco intento de importar legalmente ayahuasca en España

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *